El diseño gráfico, tal como lo conocemos hoy día, es una profesión considerablemente nueva, sobre todo en comparación con profesiones mucho más antiguas como: Medicina, Leyes, Arquitectura, Comercio, entre otras. Inclusive podríamos decir que es una consecuencia de la era digital, la cuál en sí misma ya es un fenómeno considerablemente joven en la historia conocida de la humanidad. Se dice que el Diseño Gráfico tiene sus inicios formalmente desde los tiempos de la invención de la imprenta por Johannes Gutenberg en los 1400’s, luego se consolidó a mediados del siglo XIX con la llegada, y posterior popularización, del Cartel como medio de comunicación gráfico. Sin embargo se puede decir que hoy por hoy esta profesión es algo totalmente diferente a lo que pudo haber sido en el pasado. Debido a factores como estos, y muchos otros, podemos decir que el Diseño Gráfico moderno es un fenómeno bastante incomprendido por la mayoría de las personas; sobre todo en el ámbito profesional.
Los Diseñadores Gráficos a veces nos topamos con toda clase de situaciones, en el transcurso de la faena laboral del día a día, que uno empieza a dudar si el grueso de la población realmente entiende que esto es un trabajo serio y formal, como cualquier otro, no un juego o un pasatiempo. Para muchos diseñadores puede ser tan frustrante incluso al punto de llegar a ser ridículamente chistoso. Dicen que a veces toca reír para no llorar, bueno así, y creo que muchos colegas estarían de acuerdo conmigo en esto.
Los Diseñadores Gráficos a veces nos topamos con toda clase de situaciones, en el transcurso de la faena laboral del día a día, que uno empieza a dudar si el grueso de la población realmente entiende que esto es un trabajo serio y formal, como cualquier otro, no un juego o un pasatiempo. Para muchos diseñadores puede ser tan frustrante incluso al punto de llegar a ser ridículamente chistoso. Dicen que a veces toca reír para no llorar, bueno así, y creo que muchos colegas estarían de acuerdo conmigo en esto.