Desde muy niño siempre sentí una gran curiosidad por los misterios de la vida, la mitología, la magia y todas esas cosas fantásticas que estimulan la mente de un niño. Para mí nunca fueron suficientes las respuestas genéricas, basadas en dogmas religiosos y socioculturales, consideradas como válidas simplemente porque son aceptadas por una gran mayoría. Claro que a esa edad quizás no lo veía con la misma claridad con la que lo estoy expresando ahora, pero sé que esa era la convicción que llevaba muy dentro de mí ser aún desde ese entonces. Apenas a los once años ya me estaba cuestionando acerca de los porqués de la existencia, las clásicas preguntas de los filósofos: ¿Quién soy? ¿De dónde vengo? ¿A dónde voy? Y empecé a leer asiduamente acerca de historia de la humanidad, filosofía, ciencia moderna, metafísica y también aprender un poco acerca de otras culturas, tradiciones y creencias distintas a las de mi región natal.
Esa misma sed temprana de aprender y saber un poco más de todo fue lo que me llevo a encontrarme con la meditación. La primera vez que leí al respecto fue en un libro de ‘Wicca’ una corriente neopagana inglesa, descendiente de la antigua cultura celta, que hablaba acerca de la conexión del ser humano con la madre tierra. En este libro ofrecían unos ejercicios de meditación bastante sencillos y prácticos, ideales para cualquier principiante. En esos tiempos yo podía tener apenas unos catorce o quince años de edad. |
Como todo buen adolescente tenía una enorme curiosidad y muchos ánimos de experimentar algo nuevo con esto de la meditación; que me llevara a descubrir algo fascinante. Y realicé mis primeros intentos en dicha etapa de mi vida, pero carecía de la disciplina necesaria para lograrlo. Al cabo de unas cuantas semanas intentando en vano fui vencido por: las distracciones, la inquietud, la impaciencia y el temor a permanecer demasiado tiempo sentado a solas con los ojos cerrados. ¿Que adolescente no le teme a la oscuridad? Bueno, al menos yo si que le tenía bastante miedo, de hecho, era tanto así que siempre dejaba alguna luz encendida cuando me iba a dormir por las noches. Siendo tan joven eran muchas las supersticiones que aún plagaban mi ingenua imaginación, lo cual me hacía un poco difícil la tarea de sentarme a meditar en silencio sin asustarme pensando en que un “monstruo” o “espectro” terrible podría aparecer de la nada, desde algún rincón de la oscuridad de mi mente. Y otras muchas veces me distraía con cualquiera de los pensamientos aleatorios comúnes para alguien de esa edad. |
El punto principal es que debido a todas esas excusas de adolescente terminé perdiendo el interés, y aparte de alguno que otro intento esporádico que hiciera de año en año, no volví a intentar la práctica seriamente hasta mucho tiempo después. A pesar de haber perdido el interés por la meditación (temporalmente) algo que siempre conserve fue la motivación de leer y aprender acerca de otras culturas, filosofías y creencias. Esa actitud me ayudo a mantenerme conectado con mi parte espiritual, y a no perder del todo la oportunidad de volver a encontrarme con la meditación en algún punto del camino.
Y así fue; un buen día a finales del año 2011 (tendría yo unos 24 años para ese entonces) un amigo llamado David me invitó a unas sesiones de meditación grupales que se hacían en un local llamado ‘Lightworkers’ en donde trataban diversos temas holísticos de salud y bienestar. De salida me llamó mucho la atención que fueran sesiones de meditación grupal ya que yo jamás había probado eso antes, mis intentos con la meditación hasta ese momento siempre habían sido en solitario. La cosa es que terminé acompañando a David a una de las sesiones en la mañana de un miércoles (si mal no recuerdo) ¡y me gustó mucho! la experiencia fue muy positiva, era un grupo de gente muy amable, en un ambiente acogedor, música relajante, con inciensos, cojines para sentarse cómodamente en el suelo, en fin… Todos los componentes necesarios para tener una buena sesión de meditación. Pero lo que más me gusto de todo fue que meditamos cantando mantras, era algo que tampoco había experimentado antes ¡y me encantó! De hecho fue un factor clave en la experiencia que marcó un antes y un después en mi relación personal con la meditación, fue gracias al descubrimiento de esta fabulosa técnica que por fin logre desarrollar una gran afinidad por la práctica.
¿Pero, y qué es un Mantra? A continuación voy a compartir algunas definiciones del concepto básico para que nos hagamos una idea general de lo que realmente significa esta palabra:
¿Pero, y qué es un Mantra? A continuación voy a compartir algunas definiciones del concepto básico para que nos hagamos una idea general de lo que realmente significa esta palabra:
- Un mantra es una palabra sánscrita que se refiere a sonidos (sílabas, palabras, fonemas o grupos de palabras) que, según algunas creencias, tienen algún poder psicológico o espiritual. Los mantras pueden tener o no significado literal o sintáctico. – fuente: es.wikipedia.org
- El mantra actúa como una herramienta que ayuda a liberar la mente del flujo constante de pensamientos. Gracias a la repetición del mantra, la persona ingresa en un estado de concentración profunda. La meditación, con la ayuda de la mantra, permite que el sujeto concentre su atención en su propia conciencia, en un pensamiento o un objeto externo. – Fuente: definicion.de
- Los mantras son palabras y sonidos dotados de poder que los budistas y los hindúes utilizan para la sanación y el desarrollo espiritual. Son términos o expresiones que actúan sobre la mente. El sonido de la(s) palabra(s) o los mantras conecta a quien lo pronuncia con un nivel más elevado de conciencia. Cuando se elige un mantra con un significado personal, éste se hace más poderoso. El objetivo de un mantra es el sosiego de la mente y las emociones, y centrar la atención en el momento presente, vivir el momento presente. - Fuente: tsering.tl
Ahora que ya tenemos una noción más clara de esta maravillosa herramienta de los ‘Mantras’ podemos seguir adelante con el tema. Que por cierto, un pequeño paréntesis, a todos los que estén interesados en empezar a meditar les recomiendo probar con esta técnica (Mantras), de veras que ayuda un mundo. Bueno ahora sí, seguimos, luego de esa primera experiencia de meditación grupal seguí asistiendo a las reuniones semanales en ‘lightworkers’ con mi amigo David, por un periodo de al menos 2 o 3 meses, y luego tuve que dejar de ir por motivo de otros compromisos personales. Eso hizo que me desanimara por un tiempo, pero la semilla de la experiencia ya había quedado plantada en mí interior. Pasaron uno o dos años más y eventualmente empecé a practicar la meditación con mantras, esta vez por cuenta propia en mi casa. Al inicio de forma muy ocasional, pero a medida que pasaron los meses le fui agarrando el gusto de a poco hasta que mis sesiones se fueron haciendo cada vez más recurrentes. Ya para el año 2014 había empezado a hacerlo varias veces a la semana e incuso diariamente algunas semanas, y se podría decir que ya me sentía bastante habituado a la práctica. Al menos a mi nivel principiante (aún me considero un humilde aprendiz). |
En esos primero años practicando no era de sentarme a meditar por largos ratos, lo normal para mi eran lapsos de diez, quince, o veinte minutos máximo por sesión. Ese mismo año (2014) fue de mucho aprendizaje y expansión para mí en el ámbito espiritual, conocí un número significativo de personas (muchos de ellos jóvenes como yo) interesados en desarrollar ese aspecto de sus vidas ¡lo cual fue genial! y muy positivo para mi propio crecimiento. En el mes de Julio de ese año otro buen amigo mío llamado Humberto me invito a asistir a unas tardes de lectura filosófica y sesiones de meditación grupal que se dan semanalmente con un grupo abierto de estudio espiritual llamado ‘Semilla de Luz’. Yo asistí, y me gustó mucho el estilo de las lecturas y las meditaciones; desde entonces quedé participando activamente del grupo. Que por cierto, otro pequeño paréntesis, también hacemos varias actividades de voluntariado y ayuda social a través de dicha plataforma grupal, por si a alguien le interesa saberlo. Al mismo tiempo que asistía a las sesiones grupales con ‘Semilla de Luz’ también continué con mi práctica individual en casa y todo esto contribuyo a seguir desarrollando mi gusto por la meditación.
A inicios del siguiente año (2015) me reuní con un grupo de jóvenes amigos que compartían el mismo interés por la meditación; de compartir esta maravillosa herramienta con otras personas y ayudar a difundir este conocimiento en nuestra sociedad Panameña, un ambiente socio-cultural en donde aún se manejan ciertos tabúes al respecto de la misma. Con esa motivación formamos el grupo de ‘Meditación Para Todos’ con el cual hemos tenido varias actividades, talleres y sesiones (totalmente gratis y abiertas al público) desde ese entonces hasta la presente fecha. Solamente una de las actividades realizadas ese año, que fue un taller corporativo para los colaboradores de la empresa Maersk Panamá, fue pagado. El resto del trabajo del grupo ha sido enteramente voluntario. |
Gracias a esta plataforma de 'MPT' fuimos contactados en Octubre de ese mismo año (2015) por el proyecto internacional ‘Peace Revolution’ (que pertenece a la ‘World Peace Initiative Foundation’) con ánimos de hacernos saber su interés de visitar Panamá como parte de su Tour Centro América 2016 para dictar talleres gratuitos de meditación y compartir su conocimiento abiertamente con el público de nuestro país. Nosotros alegremente aceptamos la propuesta de colaboración, y trabajamos en conjunto con otras organizaciones y grupos como 'Transcendence Yoga', 'Fudación Entre Todos' y 'CATHALAC' en 'Ciudad del Saber', para hacer realidad la visita de ‘Peace Revolution’ a Panamá en Febrero del presente año 2016.
El evento se realizó en cuatro días, del 11 al 14 de febrero, dictando un taller cada día y reuniendo un total aproximado de 220 personas. En el proceso de planeación contamos con el apoyo de Enrique Herrera Peralta, de México, que fue el miembro de 'PR' encargado de esa gestión, y tuvimos como anfitrión del evento en Panamá a Marco Bermudez, de Colombia, quién fue el instructor enviado para dictar las distintas sesiones. Para mí fue un honor tener la experiencia de colaborar con ellos y poder apotar mi pequeño grano de arena al noble trabajo de esta organización. En la semana siguiente a dichas actividades tuvimos la visita del Lama Lobsang Samten, un monje budista originario del Tibet que actualmente reside en Canadá desde donde dirige el 'Centro Paramita', quién vino a Panamá a compartir su conocimiento acerca de la rama de budismo tibetano; todo fue posible gracias al esfuerzo común de Juan Gómez y Carolina Fong, los organizadores de esta iniciativa, quienes me dieron la oportunidad de colaborar con ellos para la realización de la misma. El lama nos acompañó durante dos días seguidos, en los cuales dictó varias charlas abiertas en diferentes puntos de la ciudad, y se logró reunir alrededor de 300 personas que asistieron para escuchar sus enseñanzas. | |
Tanto los talleres con ‘PR’ como la visita del 'Lama Lobsang' fueron experiencias sumamente enriquecedoras para mí (y para todos los que se dieron la oportunidad de involucrarse de alguna manera) y han sido fuente de inspiración para seguir practicando y compartiendo esta valiosa herramienta de desarrollo interior con mi familia, amigos, conocidos y otras personas interesadas en el tema.
El siguiente pasó que decidí dar en mi viaje de aprendizaje con la meditación fue el de tomar el programa de 42 días en línea que ofrece el proyecto ‘Peace Revolution’ del cual me enteré durante su visita en Panamá. Es un programa muy completo que te lleva paso a paso desde los puntos más básicos de la meditación, hasta un desarrollo progresivo en la práctica, estudiando varios principios esenciales, técnicas, consejos y herramientas muy útiles. Lo recomiendo totalmente. Yo ya he completado todo el programa y actualmente estoy aspirando a poder realizar una de las pasantías (o 'fellowships' como ellos le llaman) que ofrece la organización para viajar a Tailandia (también hay en otros países) a participar de un entrenamiento práctico con monjes instructores (expertos en la materia) para poder aprender más profundamente acerca de la meditación; todo esto durante un periodo aproximado de dos semanas.
Para concluir este recuento de mis anécdotas personales practicando la meditación, me gustaría compartir con ustedes un poco acerca de los distintos beneficios que esta valiosa herramienta le ha aportado a mi vida:
|
Estos son sólo algunos de los beneficios que he podido obtener de la práctica continua y constante de la meditación. Con toda seguridad les puedo decir que es una vía por excelencia para reconectarse consigo mismos, con la esencia de lo que realmente somos (en el fondo), con nuestra propia fuente de alegría, vitalidad y creatividad. Es un camino seguro para encontrar la paz interior, y luego desde ese estado de conciencia tener la predisposición mental necesaria para encontrar (y vivir) esa paz en el mundo exterior. En pocas palabras: ¿Si no has meditado antes? ¡Hazlo! Y si ya has meditando alguna vez en tu vida ¡Síguelo haciendo! Créeme que no te arrepentirás.
Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer este artículo,
¡Hasta pronto!
Muchas gracias por tomarte el tiempo de leer este artículo,
¡Hasta pronto!