La palabra imagen viene del latín "imago" y significa representación visual. Es la manifestación visual, o apariencia, de un objeto tangible (físico) que percibimos a través de nuestros sentidos, o imaginario (mental) que se generan internamente, en la psique del individuo. Desde el punto de vista sensorial las imágenes pueden ser también auditivas, táctiles, olfativas, y sinestesias; esto quiere decir que hay una correlación entre la información que captamos a través de todos nuestros sentidos, con la capacidad que tenemos de generar impresiones mentales visuales, o imágenes, basadas en ello. También indica que a pesar de su naturaleza "visual" las imágenes no están limitadas exclusivamente a lo que podemos ver con los ojos. Un vivo ejemplo de esto es que la información que captamos del mundo se organiza en nuestro interior y adquiere la forma de ideas, emociones, sentimientos, conceptos, etc. que son, ya en sí mismos, una forma abstracta de imagen mental intelectual. A la vez poseemos la capacidad de generar proyecciones visuales enteramente mentales o abstractas, sin necesidad de llevar ninguna correlación con la información que hemos captado anteriormente con nuestros sentidos; y tenemos la capacidad de plasmar estas imágenes en el mundo tangible, algunos ejemplos son las corrientes de arte surrealista y el arte psicodélico.
En pocas palabras vivimos en un mundo de imágenes, e allí el detalle y la importancia de ganar conciencia al respecto. Estamos bajo la impresión de que tenemos una experiencia directa de la realidad, cuando eso mismo que llamamos realidad es el reflejo de un sinnúmero de imágenes producto de toda la información que estamos captando en cada momento dado, y de nuestra interpretación particular de dicha información. En cierto sentido a la ves que existe un aspecto muy general o común, de una imagen, también existe una dimensión sumamente íntima reservada para cada espectador. Exclusiva de su propia interpretación particular. ¿Por qué es importante saber y manejar esta información? Porque si las imágenes dan forma a nuestro mundo, y en cierta forma definen la experiencia (positiva o negativa) que tenemos en el, entonces la capacidad que tengamos de elegir e influir conscientemente sobre dichas imágenes, va a determinar la calidad de realidad que estaremos experimentando. Si permitimos que otros dominen libremente el contenido de imágenes (visual/sensorial/simbólico/mental) presentes en nuestro entorno, escogiendo la clase de imágenes que predominan en él, permitimos que dominen nuestra realidad.
Si te parece muy confuso, o quizás incoherente (hasta cierto punto) todo lo que acabo de exponer, hazte una simple pregunta: ¿Por qué al ser humano a través de la historia siempre le ha gustado estar rodeado de formas bellas? Y ha sido tanto así que de esta inclinación humana hacia lo que es bello han derivado el Arte, la Arquitectura, la Música, y otras muchas corrientes de expresión humana. Quizás ahora te estés preguntando ¿Entonces que es la belleza? Vámonos con la evidencia más contundente que tenemos: La belleza es la tendencia natural al orden, la armonía, la delicadeza, y el equilibrio, intrínseca en la naturaleza de todo el universo. Desde al átomo más pequeño, hasta las grandes galaxias. En pocas palabras la belleza es una expresión directa de la naturaleza misma. Y de cierta forma buscar la belleza en todo a nuestro alrededor, procurar estar rodeados de imágenes bellas, positivas, inspiradoras, constructivas, que nos motiven a ser mejores por ende a vivir mejor, esto en sí mismo es una forma de entrar en alineación con la corriente universal de la vida.
Recordemos el planteamiento inicial, las imágenes son el conjunto de símbolos, estímulos, impresiones e información que son procesados por nuestra mente la cual les da sentido, forma, y color. Tomando esto en consideración, hagámonos a nosotros mismos la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de imágenes permito que predominen en mi entorno? ¿A caso son imágenes que realmente contribuyen a mi calidad de vida como ser humano? La pintura, la fotografía, la escultura, las artes gráficas, la música, la escritura, el cine, toda la expresión artística en general está llena de herramientas que te permiten acceder al vasto mundo de la imágenes desde sus capas más externas, y superficiales, hasta lo más profundo de su esencia. Como un participante activo capaz de crear, elegir, y determinar las imágenes que van a constituir tu propia realidad. A participar del puente que une lo subjetivo con lo objetivo, a ser el pintor de tus propios colores, el autor, y narrador, de tu propia historia.
Si te parece muy confuso, o quizás incoherente (hasta cierto punto) todo lo que acabo de exponer, hazte una simple pregunta: ¿Por qué al ser humano a través de la historia siempre le ha gustado estar rodeado de formas bellas? Y ha sido tanto así que de esta inclinación humana hacia lo que es bello han derivado el Arte, la Arquitectura, la Música, y otras muchas corrientes de expresión humana. Quizás ahora te estés preguntando ¿Entonces que es la belleza? Vámonos con la evidencia más contundente que tenemos: La belleza es la tendencia natural al orden, la armonía, la delicadeza, y el equilibrio, intrínseca en la naturaleza de todo el universo. Desde al átomo más pequeño, hasta las grandes galaxias. En pocas palabras la belleza es una expresión directa de la naturaleza misma. Y de cierta forma buscar la belleza en todo a nuestro alrededor, procurar estar rodeados de imágenes bellas, positivas, inspiradoras, constructivas, que nos motiven a ser mejores por ende a vivir mejor, esto en sí mismo es una forma de entrar en alineación con la corriente universal de la vida.
Recordemos el planteamiento inicial, las imágenes son el conjunto de símbolos, estímulos, impresiones e información que son procesados por nuestra mente la cual les da sentido, forma, y color. Tomando esto en consideración, hagámonos a nosotros mismos la siguiente pregunta: ¿Qué tipo de imágenes permito que predominen en mi entorno? ¿A caso son imágenes que realmente contribuyen a mi calidad de vida como ser humano? La pintura, la fotografía, la escultura, las artes gráficas, la música, la escritura, el cine, toda la expresión artística en general está llena de herramientas que te permiten acceder al vasto mundo de la imágenes desde sus capas más externas, y superficiales, hasta lo más profundo de su esencia. Como un participante activo capaz de crear, elegir, y determinar las imágenes que van a constituir tu propia realidad. A participar del puente que une lo subjetivo con lo objetivo, a ser el pintor de tus propios colores, el autor, y narrador, de tu propia historia.